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Santillana del Mar 1908–1994.

 

En 1920, Jesús Otero realizó su primera escultura, una cabeza humana. Estudió con Mauro Muriedas y los canteros de la obra del edificio del Banco de España en Santander.

Asistió a la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega y, gracias a una beca de la Diputación Provincial de Santander, a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, junto con Santiago Montes (1929-1931). Conoció a Daniel Alegre, Flavio San Román, Ricardo Bernardo, Gerardo de Alvear, Victorio Macho, etc. Durante la Guerra Española fue nombrado delegado de Bellas Artes en Santillana del Mar. Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes con la obra Ternera dormida (1936). Condenado a muerte tras el triunfo del franquismo, sufrió cárcel en Santander, Burgos, Alcalá de Henares, El Dueso y Bilbao, aunque fue indultado. Durante la dictadura fue marginado por parte de algunos cenáculos culturales. Estableció sin embargo fructíferos contactos con la Escuela de Altamira y el grupo artístico de la revista santanderina Proel.

La obra de Otero, realizada básicamente en un solo bloque de piedra, aunque también en madera, tiene temática religiosa, animalística y de figura humana (bustos, sobre todo) y tiende a la concisión geométrica. Tuvo también una prolífica producción heráldica. Entre las exposiciones que protagonizó, destacan: Escultores Montañeses de Hoy (1961), Escultores Cántabros Actuales (1978) y Pintores y Escultores Contemporáneos Cántabros (1980). Se le ha dedicado un museo, con buena parte de sus apuntes, materiales de trabajo y piezas escultóricas, en su villa natal (inaugurado el 19 de marzo de 1994). Los últimos ‘secretos’ de Otero han sido relevados apenas en 2025 por Jesús Ortiz y Javier Gómez-Acebo, que, en Los bajorrelieves de Jesús Otero, descubren las claves de una obra enraizada en su territorio y en el contexto político.

 

Fuente: Mario Crespo López (https://historia-hispanica.rah.es/biografias/35111-jesus-otero-orena)